Llegada celestial a los lomos de una criatura. Óleo sobre lienzo, 121 x 151 cms.


Una cordillera invertida, un largo lago atravesando a un florido valle con sus sinuosidades, una pradera repleta de vacas rojas, casas de madera con pequeños portones en magenta, serpientes azules, verdes y rojas sobrevolando el cielo, todos estos elementos configuran la pintura que guarda estrechas semejanzas con las largas y atiborradas praderas de Renoir y la pintura lacustre de Kirchner.

Parece ser que fue el primer trabajo que realizó Chobart cuando llegó de vuelta a su patria natal, tras su fracaso en el extranjero con su movimiento pictórico, o con su pareja (que mantuvo una relación de seis años) como suelen decir algunos de sus comentaristas. La pintura, que data de los años […] ilustró la portada de la primera edición de la novela surrealista-campesina Tierra de exabruptos, del escritor Graciano-Díaz1 , el cual trabó una breve, pero potente amistad con el pintor. Al ver con más detalle la obra, podemos ver el símbolo de la vaca roja, como la utopía de la productividad, del desarrollo de la industria y de toda la sangre vertida por los movimientos obreros y sindicalistas de aquellos años, para lograr una mejor calidad de vida. La cordillera invertida puede ser parte del exotismo que desarrollaba y defendía con ahínco Chobart, pero que también puede representar la apertura de la cordillera de su país, la salida hacia arriba del continente y la entrada hacia un paraíso, hacia el cielo celeste, hacia el Padre, que todo lo engendra […]

Respecto a la novela Tierra de exabruptos, postulan algunos críticos que el libro fue escrito antes del cuadro, y que el pintor al leerla, al ver su historia de campesinos que cabalgaban sobre criaturas multiformes y misteriosas, comenzó a ejecutar su obra. Otros dicen que ocurrió al revés, que el héroe campestre Estanislao del Campo, figura clave de la novela, surgió tras la contemplación que hizo el novelista de la pintura, en un detalle donde se ve un hombre con sombrero de paja tras un árbol, casi invisible, acechando la escena de las vacas. Graciano-Díaz, en una entrevista dijo: «Estanislao del Campo es el patrón de campo, el gran señor que castiga, dirime y observa. Tomé el modelo de la novela panóptica decimonónica pero al revés, invierto su premisa, ahora el observador máximo, Estanislao, es el observado por sus campesinos, que van construyendo colectivamente cada fragmento de la vida íntima del patrón.»

[…]

No costaría mucho formular que cuadro y novela se gestaron de manera simultánea. Cuando pintor y novelista se encontraron, el pacto de amistad quedó sellado, obra con obra, artista con artista. Vidas paralelas que convergieron en la caprichosa línea de la amistad.

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1 Reconocido por ser precursor de una vanguardia vagamente surrealista, más relacionada con lo campestre, lo carnavalesco, lo festivo-desbordante del campesinado, que evidentemente configura múltiples constelaciones de personajes estereotipados y hasta cursis.

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